Operación de miopía: Consejos e información

La miopía es no solo uno de los trastornos de la visión más extendidos entre la población (se calcula que en países como Estados Unidos hasta un 25 por ciento de la población la padece), sino también uno de los que se prevé que aumentarán en mayor medida en el futuro inmediato debido al incorrecto uso de las nuevas tecnologías. La operación de miopía promete acabar con este problema oftalmológico de una vez por todas pero, ¿qué es la miopía? ¿Qué es lo que la causa? Y sobre todo, ¿qué medidas se pueden tomar para corregirla?

La miopía o visión corta

Para entender la miopía es necesario comprender el mecanismo mediante el cual el ojo obtiene las imágenes del entorno que le rodea.

En el interior del ojo se encuentra la retina, un tejido sensible a la luminosidad en el que se capta la luz que proviene de los diferentes objetos, la cual a su vez es el reflejo de alguna fuente de luz (como el sol). Posteriormente estas imágenes se codifican en forma de impulsos nerviosos que se envían al cerebro a través del nervio óptico.

Las personas afectadas de miopía poseen algún factor (como una cornea demasiado cóncava o un globo ocular muy largo) que provoca que los rayos de luz no incidan directamente en la retina, sino en un punto situado delante de ella (cuando la luminosidad incide detrás de la retina se produce la hipermetropía).

Debido a esta circunstancia, los afectados por esta enfermedad son incapaces de enfocar los objetos ubicados a una cierta distancia, lo que se traduce en una carencia de agudeza visual que además puede provocar efectos secundarios como estrabismo, dolores de cabeza e incluso trastornos de déficit de atención en los niños (de hecho es muy común que la miopia se detecte en la escuela cuando el niño es incapaz de ver lo que está escrito en la pizarra).

Causas de la miopía

No existe un completo acuerdo sobre las causas que producen esta enfermedad. La mayor parte de los especialistas consideran que obedece a factores genéticos, pero también los hay que aseguran que se debe exclusivamente a causas ambientales.

No obstante no faltan los expertos que creen que los genes indican solo una predisposición a padecer miopía, la cual se producirá o no según factores externos al individuo. En algunos artículos se sostiene que el uso excesivo de móviles, tabletas y dispositivos tecnológicos similares (los cuales obligan a mantener fija la mirada durante mucho tiempo en un punto muy cercano) provocarán un aumento de este tipo de patologías en corto y medio plazo.

Tratamientos para corregir la miopía

El tratamiento tradicional para corregir este defecto de visión es la utilización de lentes (ya sea en forma de gafas o lentillas), las cuales consiguen que la luz incida en la retina del paciente.

Cuando por diferentes causas el uso de gafas o lentes de contacto está contraindicado (o simplemente porque el paciente no desea utilizar estos dispositivos) es posible implantar una lente en el ojo mediante cirugía para conseguir el mismo efecto.

Otro de los instrumentos a disposición de los especialistas para tratar la miopía es el láser. El uso de técnicas como LASIK o PKR permite “esculpir” la estructura del ojo para conseguir la correcta refracción de la luz sobre la retina permanentemente.

Estas operaciones para la miopía consiguen excelentes resultados. En todo caso, cada paciente deberá valorar en conjunto los pros y los contras de cada tipo de tratamiento antes de decantarse por uno en concreto.

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